MARGINAL

Despierta con Monalisa cada día.
Sube el sendero porque arriba
alimenta sus pájaros que deseosos
se resienten cuando sienten
llegada la tempestad.

Nunca paga en tiempos
la factura del orden
de un taller sin patrón y sin obreros.
No fue león nítido, paloma,
sino fugaz esperando al sol
sobre la cresta de la ola.

No viaja en su isla Panda,
como buen ciudadano del mundo,
por el viejo camino del amor con la nativa.
No busca el centro de gravedad.
Tampoco se instala por vivir.
Porque no sabemos qué nos perdemos
si el mundo se nos cae.

Atzetikan itxi du atea,
pisatzen zaizkion botak.
Bidetik kanpo erori eginda
larruzkoa askatzen du zinturoiak.
Agur asmo, naia, eta borroka.

Aitatxo cómo es el mundo de grande?
Junio es tiempo de lluvias
y Charlot va sin paraguas
porque seguramente el otoño
no será desierto tras la cosecha.
Además les une una gran amistad.

Cuentan que de niño también
desempolvaba las imágenes del desván,
para luego comunicarse con plenitud.
Y la ve desnuda de ética y de moral,
tan solo con esa malla
de insonriencia que ni una lágrima
delatara más humana.

Era algo tan contradictorio
que parecía ser la verdad misma.
Con su caballo blanco de batalla,
bailando en la oscuridad,
entre los arcos de la plaza mayor.
Sendero de nuevo abajo.

Le brilla su farola
de sodio en la ventana.
El duerme boca arriba porque quiere,
con los ojos cerrados y una sonrisa
que sorprende a ras de suelo
como fresita salvaje
a las dos orillas del camino.

Atrás cerró la puerta,
le pesan las botas.
Caído fuera del camino
se suelta el cinturón de cuero.
Adiós intención, deseo, y lucha.

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